Pantalla 1
Le invitamos a orar con nosotros antes de comenzar esta lección:
Omnipotente Dios,
Tú nos has guiado, a través de Tu Santo Espíritu, en le estudio de Tu Palabra inspirada.
Humildemente Te pedimos que continues haciéndolo, al estudiar la naturaleza de Tu Hijo, Jesucristo.
En el nombre de Jesús oramos.
Amén.
Pantalla 2
Marcos 8:29
Entonces preguntó [Jesús a Sus discípulos]:
«Pero vosotros, ¿quién decís que soy Yo?»
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Esta pregunta que Jesús hizo a Sus discípulos, muy bien podría ser preguntada hoy, especialmente en lo que se refiere a Su naturaleza divina.
De hecho, muchas personas no saben qué responder a ella.
Por un lado, algunos dicen que Jesús es Dios, igual al Padre. Por el otro lado, otros niegan Su divinidad, enseñando que El es sólo el Hijo de Dios, y no Dios el Hijo.
Nosotros elejimos dejar que sea la Biblia quien arroje luz sobre este tema.
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Mateo 1:23
He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y llamarán Su nombre Emanuel, que traducido quiere decir: «Dios con nosotros.»
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La Palabra de Dios nos asegura en diferentes pasajes y de diferentes formas que Jesucristo es realmente Dios.
Primeramente, demos un vistazo a los versículos que directamente testifican sobre la divinidad de Jesús. Después, compararemos versículos del Antiguo Testamento con otros del Nuevo Testamento, para ver que ambos nos llevan a la misma conclusión.
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Juan 1:1,14
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. (...)
Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.
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Juan 5:18
Por esta razón los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también llamaba a Dios Su propio Padre, haciéndose igual a Dios.
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Varias veces el Evangelio según Juan testifica de la divinidad de Cristo.
Desde el primer versículo, presenta a la Palabra como Dios. Y una lectura al resto del capítulo nos muestra claramente que Juan se estaba refiriendo a Jesús.
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Juan 20:28
Entonces Tomás respondió y Le dijo [a Jesús]: «¡Señor mío, y Dios mío!»
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Juan 10:30,33
[Dijo Jesús:] «Yo y el Padre una cosa somos.» (...)
Los judíos le respondieron: «No te apedreamos por obra buena, sino por blasfemia y porque Tú, siendo hombre, Te haces Dios.»
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Notemos que Jesús nunca corrigió a la exclamación de Tomás, como tampoco a la acusación de los judios, ambas revelando Su divinidad.
Si Jesús no hubiese sido Dios, seguramente hubiera corregido tan claras y directas declaraciones en el instante.
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Romanos 9:5
De ellos según la carne proviene el Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos.
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Colosenses 2:9
Porque en Él [Cristo] habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.
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Hebreos 1:8,9
Mientras que del Hijo dice [Dios]: «Tu trono, oh Dios, es por los siglos de los siglos.» (...)
Por lo cual Te ungió Dios, el Dios Tuyo, con aceite de alegría.
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En sus epístulas, el apostol Pablo claramente testifica de la divinidad de Jesucristo.
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Isaías 9:6
Porque un Niño nos es nacido, un Hijo nos es dado, y el dominio estará sobre Su hombro.
Se llamará Su nombre: Admirable Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
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«Dios Fuerte, Padre Eterno...» Las profecías del Antiguo Testamento, las cuales anunciaron la venida del Mesías, también confirman la divinidad de Jesús.
Veamos otros ejemplos en el libro del profeta Zacarías.
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Zacarías 11:12,13
Y pesaron por salario mío treinta piezas de plata.
Entonces Jehovah me dijo: «Echalo al tesoro. ¡Magnífico precio con que Me han apreciado!»
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Zacarías 12:1,10 (RVR 1995)
La palabra de Jehovah acerca de Israel. (...) «Mirarán hacia Mí, a quien traspasaron.»
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Las palabras de la profecía de la traición de Judas por treinta piezas de plata, así como aquellas relacionadas con la crucifixión de Jesús, fueron pronunciadas por Dios refiriéndose a Sí mismo, aunque se referían a Cristo.
La única conclusión a la que podemos llegar: Jesús es Dios.
Pantalla 9
Juan 14:8-11
Le dijo Felipe:
«Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.»
Jesús le dijo:
«Tanto tiempo he estado con vosotros, Felipe, ¿y no Me has conocido? El que Me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo, pues, dices tú: “Muéstranos el Padre”?
¿No crees que Yo soy en el Padre y el Padre en Mí? (...) Creedme que Yo soy en el Padre, y el Padre en Mí.»
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Veremos ahora que aún antes de la creación del mundo, Jesucristo ya trabajaba junto al Padre.
Pantalla 10
Juan 17:5
[Dijo Jesús:]
«Ahora pues, Padre, glorifícame Tú en Tu misma presencia, con la gloria que Yo tenía en Tu presencia antes que existiera el mundo.»
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Juan 1:3
Todas las cosas fueron hechas por medio de [el Verbo], y sin Él no fue hecho nada de lo que ha sido hecho.
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Así como Dios el Padre, Jesús existe «desde los días de la eternidad» (Miqueas 5:2). No tuvo comienzo.
«¡Jesucristo es El mismo ayer, hoy y por los siglos!» (Hebreos 13:8).
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Hebreos 1:2
En estos últimos días [Dios] nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por medio de quien, asimismo, hizo el universo.
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Colosenses 1:16
Porque en [el Hijo] fueron creadas todas las cosas que están en los cielos y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, dominios, principados o autoridades.
Todo fue creado por medio de Él y para Él.
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La Biblia nos enseña que Jesucristo desempeñó un papel primordial en la creación del mundo.
Todas las cosas fueron creadas por El.
Habiendo aclarado lo anterior, analicemos el siguiente versículo...
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Isaías 44:24
Así ha dicho Jehovah, tu Redentor; El que te formó desde el vientre:
«Yo, Jehovah, hago todas las cosas. Yo solo despliego los cielos y extiendo la tierra, sin la ayuda de nadie.»
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Por un lado, Dios afirma que El solo creó el mundo.
Pero por el otro lado, la Biblia declara varias veces que Jesucristo creó todas las cosas.
Nuevamente, la única conclusión posible: Jesús es Dios.
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Lucas 2:11
Que hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor.
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1 Juan 4:14
El Padre ha enviado al Hijo como Salvador del mundo.
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Efesios 1:7
En [Cristo] tenemos redención por medio de Su sangre.
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Sabemos que Jesucristo es nuestro Salvador, nuestro Redentor.
Así como con el título de Creador, los títulos de Salvador y Redentor son reservados solamente para Dios, como lo demuestran los siguientes versículos...
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Isaías 43:11
Yo, Yo Jehovah; fuera de Mí no hay quien salve.
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Oseas 13:4
Yo soy Jehovah tu Dios; no reconocerás otro dios aparte de Mí, ni otro salvador, sino a Mí.
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Isaías 54:5
Tu Redentor, el Santo de Israel, será llamado Dios de toda la tierra.
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Puesto que Jesucristo es Dios, puede ser llamado Salvador, el Redentor de la raza humana.
Pantalla 15
Lucas 4:8
Al Señor tu Dios adorarás, y a Él solo servirás.
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Apocalípsis 19:10
Yo me postré ante sus pies [del angel] para adorarle, pero él me dijo:
«¡Mira, no lo hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús.
¡Adora a Dios!»
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Debemos adorar a Dios y a Dios solamente. Este es un punto bien establecido en toda la Biblia.
Ahora, analicemos los siguientes versículos...
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Hebreos 1:5,6
Porque, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: «Hijo Mío eres Tú»? (...) «Adórenle todos los ángeles de Dios.»
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Apocalípsis 5:12,14
Y [los ángeles] decían a gran voz: «Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.»
Los cuatro seres vivientes decían: «¡Amén!»
Y los veinticuatro ancianos se postraron y adoraron.
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El Cordero, Jesús, es adorado porque El es Dios.
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Éxodo 3:14
Dios dijo a Moisés: «YO SOY EL QUE SOY.»
Y añadió: «Así dirás a los hijos de Israel: “YO SOY me ha enviado a vosotros.”»
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Juan 8:58,59
Les dijo Jesús [a los judios]:
«De cierto, de cierto os digo que antes que Abraham existiera, YO SOY.»
Entonces tomaron piedras para arrojárselas.
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Jesús usó el tiempo presente «Yo soy», en lugar de usar lo que habría sido apropiado, el tiempo pasado «Yo fuí».
Al hacer ésto, se estaba presentando como el gran «YO SOY»: Dios.
Dándose cuenta de ello, los judios quisieron apedrearle.
Pantalla 18
Isaías 44:6
Así ha dicho Jehovah, Rey de Israel, y su Redentor, Jehovah de los Ejércitos:
«Yo soy el Primero y Yo soy el Último, y fuera de Mí no hay Dios.»
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Apocalípsis 1:17,18
«Yo soy el Primero y el Último, El que vive.
Estuve muerto, y he aquí que vivo por los siglos de los siglos.»
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Además de el nombre «Yo soy», Jesús utiliza «el Primero y el Último», otro de los nombres que designan a Dios.
La expresión «estuve muerto, y he aquí que vivo por los siglos de los siglos,» claramente es de Jesús.
Pantalla 19
Apocalípsis 1:8
«Yo soy el Alfa y la Omega,» dice el Señor Dios, «El que es, y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.»
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Apocalípsis 22:12,13
«He aquí vengo pronto. (...)
Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin.»
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Nuevamente, Jesús se presenta usando los mismos títulos de Dios: «el Alfa y la Omega», es decir, «el Primero y el Último», ya que el Alfa y la Omega son la primera y última letras del alfabeto griego.
Pantalla 20
Salmo 24:10
¿Quién es este Rey de gloria? ¡Jehovah de los Ejércitos! ¡El es el Rey de gloria!
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1 Corintios 2:8
(...) la sabiduría oculta que Dios predestinó desde antes de los siglos para nuestra gloria. Ninguno de los príncipes de esta edad conoció esta sabiduría; porque si ellos la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de la gloria.
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¿Necesitamos agregar algo?
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1 Timoteo 6:13-16
Te mando delante de Dios, (...) que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo. A Su debido tiempo la mostrará el Bienaventurado y solo Poderoso, el Rey de reyes y Señor de señores; el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver.
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El contexto claramente indica que en este pasaje «el Rey de reyes y Señor de señores» se utiliza para identificar a Dios el Padre.
Ahora, veamos los siguientes versículos...
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Apocalípsis 17:14
[Los diez reyes] harán guerra contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque Él es Señor de señores y Rey de reyes.
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Apocalípsis 19:13,16
[El que estaba sentado sobre el caballo blanco] está vestido de una vestidura teñida en sangre, y Su nombre es llamado «EL VERBO DE DIOS.» (...)
En Su vestidura y sobre Su muslo, tiene escrito el nombre:
«REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.»
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«Rey de reyes y Señor de señores»: otro título dado a Dios y a Jesucristo, sin distinguir entre Uno y el Otro.
Sí, verdaderamente, Jesús es Dios.
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Juan 8:24
[Dijo Jesús:]
«Porque a menos que creáis que Yo soy, en vuestros pecados moriréis.»
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Es de suma importancia que aceptemos a Jesús, no solamente como nuestro Salvador, sino también como nuestro Dios.
Jesús, Creador, Salvador, Rey de reyes y Señor de señores, Rey de gloria, el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin, el Todopoderoso «YO SOY», es digno de recibir la alabanza de todos.
Sí, verdaderamente, ¡Jesús es Dios!
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Pantalla 25
Agradezcámosle a Dios por habernos guiado al estudiar esta lección:
Querido Salvador,
Te agradecemos por Tu Palabra y por la dirección de Tu Santo Espíritu.
Ahora que sabemos que Jesucristo es Dios, podemos repetir las palabras de Tomás y como él decir: «¡Señor mío, y Dios mío!» (Juan 20:28).
Que Tu nombre sea glorificado por los siglos de los siglos, nuestro Dios Omnipotente.
Y oramos en el nombre de Jesús.
Amén.
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