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El Momento de la Verdad - Lección 27

Nuevos Cielos y Nueva Tierra
 

Pantalla 1

Oremos juntos:

Padre,

De Tu Palabra hemos aprendio que, después del juicio final, quienes permanezcan en la fe heredarán un magnífico lugar donde morar, la Nueva Jerusalén.

Pueda esta lección ayudarnos a aprender más acerca de esta maravillosa ciudad, e impulsarnos ha trabajar más fervorosamente en Tu cosecha.

En el nombre de Jesucritos oramos.

Amén.




Pantalla 2

Génesis 1:31

Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno.

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Cuando Dios creó la tierra, era perfecta.

Y en esta tierra perfecta, en el jardín del Edén, puso a los reciencreados hombre y mujer, de manera tal que pudieran disfrutar de todas las maravillas que los rodeaban.

Desafortunadamente, porque eligieron desobedecer al Creador, no se les permitió permanecer en el Edén.

Pero en Su amor infinito, Dios estableció el plan de salvación en Jesucristo, de manera que pudieran regresar un día al paraiso.




Pantalla 3

Juan 14:2,3

En la casa de Mi Padre muchas moradas hay. De otra manera, os lo hubiera dicho.

Voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Y si voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde Yo esté, vosotros también estéis.

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Jesús repitió la promesa: existe en realidad un lugar preparado para aquellos que sirven a Dios; un lugar donde pasarán la eternidad.

Es por lo tanto razonable estudiar una lección con el simple fin de tener un mejor conocimieno del lugar donde es posible que pasemos la eternidad.




Pantalla 4

Hebreos 11:9,10

Por la fe [Abraham] habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, viviendo en tiendas con Isaac y Jacob, los coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

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Abraham sabía que la verdadera tierra prometida era más que un simple terreno en Canaán.

Él esperaba una herencia infinitamente superior: la ciudad preparada por Dios Mismo, la Nueva Jerusalén.




Pantalla 5

Hebreos 11:13,14,16

Conforme a su fe murieron todos éstos sin haber recibido el cumplimiento de las promesas. Más bien, las miraron de lejos y las saludaron, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la tierra.

Los que así hablan, claramente dan a entender que buscan otra patria. (...)

Pero ellos anhelaban una patria mejor, es decir, la celestial.

Por eso Dios no Se avergüenza de llamarse el Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad.

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Esos fervientes hombres y mujeres sabían que, un día, el Señor remplazaría esta tierra pecaminosa por una tierra nueva, especialmente preparada para Su pueblo.




Pantalla 6

2 Pedro 3:10,13

Entonces los cielos pasarán con grande estruendo; los elementos, ardiendo, serán deshechos, y la tierra y las obras que están en ella serán consumidas. (...)

Según las promesas de Dios esperamos cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia.

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Apocalípsis 21:1

Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe más.

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El mensaje es claro: una tierra nueva pronto remplazará nuestro planeta tal y como lo conocemos.




Pantalla 7

Isaías 35:1,2,6,7 (RVR 1995)

Se alegrarán el desierto y el erial; la estepa se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente y también se alegrará y cantará con júbilo. (...)

Aguas serán cavadas en el desierto y torrentes en la estepa.

El lugar seco se convertirá en estanque y el sequedal en manaderos de aguas. La guarida de los chacales, donde ellos se refugian, será lugar de cañas y juncos.

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Una nueva tierra, totalmente restaurada que poseerá toda su belleza, llegando a ser semejante al jardín del Edén, de donde fue despedido el hombre por causa de su desobediencia.




Pantalla 8

Isaías 11:6-8

Entonces el lobo habitará con el cordero, y el leopardo se recostará con el cabrito. El ternero y el cachorro del león crecerán juntos, y un niño pequeño los conducirá.

La vaca y la osa pacerán, y sus crías se recostarán juntas. El león comerá paja como el buey.

Un niño de pecho jugará sobre el agujero de la cobra, y el recién destetado extenderá su mano sobre el escondrijo de la víbora.

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Una nueva tierra en la que todos los habitantes, tanto hombres como animales, vivirán en perfecta armonía con la naturaleza, donde no habrá ningún peligro.




Pantalla 9

Isaías 29:19-21

Entonces los humildes volverán a alegrarse en Jehovah, y los más necesitados de los hombres se regocijarán en el Santo de Israel.

Porque se habrá acabado el tirano, y el burlador habrá sido exterminado. Serán eliminados todos los que están a la expectativa para hacer el mal, los que hacen pecar al hombre en palabra, los que ponen trampas para hacer caer al que amonesta en la puerta de la ciudad, los que con argumentos vacíos desvían al justo.

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Y aún más: en esta nueva tierra, el pueblo de Dios vivirá en un ambiente libre de todo mal.




Pantalla 10

Apocalípsis 21:4

Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas ya pasaron.

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Isaías 25:8

Destruirá a la muerte para siempre, y el Señor Jehovah enjugará toda lágrima de todos los rostros. Quitará la afrenta de Su pueblo de sobre toda la tierra, porque Jehovah ha hablado.

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Una nueva tierra, donde la muerte, «la paga del pecado» (Romanos 6:23), no existirá más.




Pantalla 11

Isaías 35:5,6

Entonces serán abiertos los ojos de los ciegos, y los oídos de los sordos se destaparán.

Entonces el cojo saltará como un venado, y cantará la lengua del mudo.

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Isaías 33:24

Ningún morador dirá: «Estoy enfermo.»

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Una nueva tierra sin enfermedad: Dios habrá destruido toda enfermedad para siempre, de forma que Su pueblo disfrute de perfecta salud física, emocional y espiritual.




Pantalla 12

Isaías 60:18,21

Nunca más se oirá de violencia en tu tierra, ni de destrucción y ruina en tus territorios. (...)

Entonces tu pueblo, todos ellos serán justos; para siempre heredarán la tierra.

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Isaías 11:9

No harán daño ni destruirán en todo Mi santo monte, porque la tierra estará llena del conocimiento de Jehovah, como las aguas cubren el mar.

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Una nueva tierra, donde no existirán términos como «hambre», «crimen», «desastre», «guerra», «enfermedad», «sufrimiento», «desesperación».




Pantalla 13

Isaías 65:17-19

Porque he aquí que Yo creo cielos nuevos y tierra nueva. No habrá más memoria de las cosas primeras, ni vendrán más al pensamiento.

Más bien, gozaos y alegraos para siempre en las cosas que Yo he creado. Porque he aquí que Yo he creado a Jerusalén para alegría, y a su pueblo para gozo.

Yo Me gozaré por Jerusalén y Me regocijaré por Mi pueblo. Nunca más se oirá en ella la voz del llanto ni la voz del clamor.

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Una nueva tierra en donde la felicidad, la justicia, y la paz prevalecerán para siempre.

El Pueblo de Dios «gozará y alegrará para siempre».




Pantalla 14

Isaías 32:16-18

Entonces habitará el derecho en el desierto, y la justicia se establecerá en el campo fértil.

El efecto de la justicia será paz; el resultado de la justicia será tranquilidad y seguridad para siempre.

Mi pueblo habitará en una morada de paz, en habitaciones seguras y en frescos lugares de reposo.

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2 Pedro 3:13

Según las promesas de Dios esperamos cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia.

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Una nueva tierra donde la justicia prevalecerá: no necesitaremos cerrar nuestras puertas bajo llave.




Pantalla 15

Apocalípsis 21:3; 22:3,4

He aquí el tabernáculo de Dios está con los hombres, y Él habitará con ellos; y ellos serán Su pueblo, y Dios Mismo estará con ellos como su Dios. (...)

Sus siervos Le rendirán culto. Verán Su rostro.

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1 Juan 3:2

Pero sabemos que cuando Él sea manifestado, seremos semejantes a Él, porque Le veremos tal como Él es.

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Tanto desean ver el rostro de Dios, pero la existencia del pecado no lo permite, como pudimos verlo en la lección «Dios: ¿Puede Estar Muerto?».

En la nueva tierra, no habrá más pecado y este deseo se hará por fin realidad.

Los hijos de Dios no sólo podrán ver Su rostro, sino que también vivirán con Él eternamente.




Pantalla 16

Juan 20:14,16

[María] se volvió hacia atrás y vio a Jesús de pie; pero no se daba cuenta de que era Jesús.

Jesús le dijo: «¡María!»

Volviéndose ella, Le dijo en hebreo: «¡Raboni!» (que quiere decir Maestro).

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Resucitado y glorificado, Jesús todavia no fue reconocido de inmediato por María.

Sin embargo, cuando le habló, ella Lo reconoció en el instante.

De la misma manera, aunque transformados en incorruptibles e inmortales al regreso de Jesús, el pueblo de Dios redimido se reconocerán los unos a los otros en la la nueva tierra.




Pantalla 17

Lucas 24:39,42,43

[Jesús dijo:]

«Mirad Mis manos y Mis pies, que Yo Mismo soy. Palpad y ved, pues un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que Yo tengo.» (...)

Entonces Le dieron un pedazo de pescado asado. Lo tomó y comió delante de ellos.

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¿Cómo seremos en la tierra nueva? ¿Cómo será nuestra existencia allí?

Para eliminar nuestro deseo de vivir la eternidad con Dios, Satanás trata de hacernos creer que los elegidos serán espíritus que flotan en el aire, tocando las arpas en las nubes de los cielos...

La verdad es que tendrán cuerpos reales, de la misma manera que Jesús después de Su resurrección.

¿Y qué harán cuando estén allí?




Pantalla 18

Isaías 65:21,22

Edificarán casas y las habitarán; plantarán viñas y comerán de su fruto.

No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque como la edad de los árboles será la edad de Mi pueblo.

Mis escogidos disfrutarán plenamente de las obras de sus manos.

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Rebosando salud, sin cansancio, sin temor a la enfermedad o a la muerte, el pueblo de Dios será capáz de alcanzar éxitos extraordinarios.

Construir casas y plantar viñedos serán sólo dos de las muchas actividades que realizán.




Pantalla 19

Mateo 8:11

Y os digo que muchos vendrán del oriente y del occidente y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.

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Lucas 14:15

¡Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios!

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Los redimidos tendrán también el privilegio de sentarse a la misma mesa que Dios, en la compañía de grandes figuras bíblicas, y escuchando sus historias.

Y aún más, los elegidos tendrán el incomparable placer de ser instruidos por el Mismo Jesús, y podrán preguntarle todas aquellas cosas que en esta tierra quedaron sin contestar.




Pantalla 20

Hebreos 12:22

Más bien, os habéis acercado al monte Sion, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial.

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Apocalípsis 21:10,11,18

Y [el ángel] me mostró la santa ciudad de Jerusalén, que descendía del cielo de parte de Dios.

Tenía la gloria de Dios, y su resplandor era semejante a la piedra más preciosa, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal. (...)

La ciudad era de oro puro semejante al vidrio limpio.

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La capital de la nueva tierra será la Nueva Jerusalén, ciudad de Dios.

No podemos siquiera imaginarnos las bellezas de esta ciudad y la felicidad de la que disfrutarán los que en ella vivan.




Pantalla 21

Apocalípsis 22:1,2,5

Después [el ángel] me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como cristal, que fluye del trono de Dios y del Cordero.

En medio de la avenida de la ciudad, y a uno y otro lado del río, está el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto. Las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones. (...)

No habrá más noche, ni tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol; porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.

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Al pueblo de Dios se le permitirá tomar de las aguas puras del río de la vida, el cual fluye por en medio de la Nueva Jerusalén.

También será restaurado el acceso al árbol de la vida, como lo fue en el jardín del Edén.




Pantalla 22

Isaías 51:3

Convertirá su desierto en Edén y su región árida en huerto de Jehovah. Alegría y gozo habrá en ella, acciones de gracias y sonido de cánticos.

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1 Corintios 2:9

Cosas que ojo no vio ni oído oyó, que ni han surgido en el corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que Le aman.

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Apesar de nuestros mejores esfuerzos, es imposible describir a la perfección, ni tan siquiera comenzar hacerlo para que se puedan imaginar las maravillas que esperan a los hijos de Dios en la tierra nueva.




Pantalla 23

Apocalípsis 21:27

Jamás entrará en ella [la Nueva Jerusalén] cosa impura o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.

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Si es nuestro sincero deseo el estar allí, Dios guardará un lugar para nosotros en Su ciudad: todo lo que tenemos que hacer es estar seguros de que nuestros nombres están «inscritos en el libro de la vida del Cordero».

Pero, ¿qué hacemos para que nuestros nombres estén escritos en ese libro?




Pantalla 24

Juan 3:16

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.

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Gálatas 3:29

Y ya que sois de Cristo, ciertamente sois descendencia de Abraham, herederos conforme a la promesa.

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Tenemos que reconocer que somos pecadores, y aceptar a Jesucristo como nuestro Salvador y Señor personal, para perdón de nuestros pecados.

Después, debemos mantenernos fieles a Dios hasta el fin.




Pantalla 25

Apocalípsis 7:14,15

Han lavado sus vestidos y los han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios.

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Apocalípsis 3:5

De esta manera, el que venza será vestido con vestidura blanca; y nunca borraré su nombre del libro de la vida.

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Lavar nuestros vestidos en la sangre del Cordero significa aceptar el sacrificio de Jesús, el Cordero de Dios, para perdón de nuestros pecados y la purificación de nuestros corazones, y después, seguirle hasta el fin.

No hay otra manera de ser salvos.




Pantalla 26

Apocalípsis 2:7; 3:5,12; 21:7

Al que venza le daré de comer del árbol de la vida. (...)

De esta manera, el que venza será vestido con vestidura blanca; y nunca borraré su nombre del libro de la vida. (...)

Al que venza, Yo le haré columna en el templo de Mi Dios, y nunca jamás saldrá fuera. Y escribiré sobre él el nombre de Mi Dios, y el nombre de la ciudad de Mi Dios, la Nueva Jerusalén que desciende del cielo, enviada por Mi Dios. (...)

El que venza heredará estas cosas; y Yo seré su Dios, y él será Mi hijo.

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Si ponemos toda nuestra confianza en Cristo, Él nos ayudará a vencer.




Pantalla 27

Oremos:

Padre nuestro, que estás en los cielos,

Tu promesa es tan maravillosa, que se nos hace dificil creer en ella. Sin embargo, Tu Palabra dice: «“He aquí yo hago nuevas todas las cosas.” Y dijo: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas.”» (Apocalípsis 21:5).

Deseamos ciertamente que nuestros nombres estén escritos en el libro de la vida.

Por favor, ayúdanos a seguirte fielmente y a perseverar hasta el fin, hasta aquel día cuando Tú entregues a Tu pueblo la Nueva Jerusalén como herencia.

En el nombre de Jesús oramos.

Amén.


El examen de la lección 27 le espera.


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