De acuerdo con la Epístola a los Hebreos, Abraham sabía que la verdadera tierra prometida era más que un simple terreno en Canaán. «Por la fe [Abraham] habitó como en la tierra prometida como en tierra ajena, viviendo en tiendas con Isaac y Jacob, los coherederos de la misma promesa; porque esperaba la que tiene cimientos, cuyo y es Dios.»
De acuerdo con la Segunda Epístola de Pedro y el libro de Apocalípsis, ¿dónde morarán los hijos de Dios para siempre?
En la tierra, mejorada por Dios
En la nueva tierra.
En las nubes del cielo.
La Palabra de Dios no dice.
El profeta Isaías describe las condiciones que prevalecerán en el reino de Dios: «Entonces los humildes volverán a alegrarse en Jehovah, y los más necesitados de los hombres se regocijarán en el Santo de Israel. Porque se habrá acabado el tirano, y el burlador habrá sido exterminado. Todos los que están a la expectativa para hacer el mal...»
«... sufrirán para siempre en el infierno.»
«... serán perdonados.»
«... tendrán una segunda oportunidad de arrepentirse.»
«... serán eliminados.»
En el libro de Apocalípsis se nos dice lo que Dios hará por Su pueblo, antes de la inaguración de la Nueva Jerusalén: «Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más , ni habrá más , ni , ni ; porque las primeras cosas ya pasaron.»
El Señor, a través del profeta Isaías, nos dice las siguientes palabras: «No harán daño ni destruirán en todo Mi santo monte.» Entoncés, el libro de Isaías explica por qué:
«Porque Jehovah eimpedirá a los hombres que pequen.»
«Porque Satanás aprenderá de su fracaso, y obedecerá a Dios.»
«Porque la tierra estará llena del conocimiento de Jehovah.»
«Porque nadie alcanzará el santo monte de Dios.»
Describiendo aún las condiciones de vida en la Nueva Jerusalén, el libro del Apocalípsis hace esta hermosa promesa a los hijos de Dios: «[Dios] con ellos; y ellos serán Su pueblo, y Dios Mismo con ellos como su Dios. (...) Sus siervos Le rendirán culto. Verán Su .»
De acuerdo con el Evangelio según Juan, Jesús resucitado y glorificado todavia no fue reconocido de inmediato por María. ¿Cuándo Lo reconoció?
Cuando le estrechó entre Sus brazos.
Cuando le hizo una señal.
Cuando realizó un milagro.
Cuando le habló.
De la misma manera, aunque transformados en incorruptibles e inmortales al regreso de Jesús, el pueblo de Dios se reconocerán los unos a los otros en la la nueva tierra.
Con el fin de eliminar nuestro deseo de pasar la eternidad con Dios, Satanás trata de hacernos creer que los elegidos serán como espíritus que viven flotando en el aire, tocando las arpas en las nubes de los cielos... Pero la verdad se refleja en las palabras que Jesús pronunció después de Su resurrección, como aparecen en el Evangelio según Lucas : «Mirad Mis manos y Mis pies, que Yo Mismo soy. Palpad y ved, pues un no tiene ni como veis que Yo tengo.»
Todavia describiendo la ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén, el libro del Apocalípsis dice que algo especial estará «en medio de la avenida de la ciudad, y a uno y otro lado del río». ¿Qué es eso?
El árbol de la vida.
El árbol del conocimiento del bien y del mal.
El templo de Dios.
El trono de Dios y del Cordero.
Finalmente, el libro del Apocalípsis indica cómo podemos asegurar un lugar en la Nueva Jerusalén: «Han lavado sus vestidos y los han en la sangre del . Por esto están delante del de Dios.» Lavar sus vestidos en la sangre del Cordero significa aceptar el sacrificio de Jesús, el Cordero de Dios, para obtener el perdón de nuestros pecados y la purificación de nuestros corazones, y después seguirle hasta el fin.