Pantalla 1
Una vez más, oremos pidiéndole al Señor Su dirección:
Padre nuestro,
Ahora comprendemos que los Diez Mandamientos son una expresión de Tu voluntad para cada uno de nosotros.
Por lo tanto, ilumínanos a través de la presencia de Tu Espíritu, para que podamos comprender mejor el contenido de Tu perfecta ley, y para que recibamos el poder que necesitamos para guardarla.
En el nombre de Jesús oramos.
Amén.
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Juan 16:12
Todavía tengo que deciros muchas cosas, pero ahora no las podéis sobrellevar.
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Queridos amigos, esta lección es muy importante.
Antes de proseguir, les recomendamos que repasen las cuatro lecciones previas, que hablan de la ley de Dios, y que se titulan:
- «Cuando el Dedo de Dios Escribe»;
- «La Ley Refleja a Su Autor»;
- «Las Dos Leyes»;
- «¿Bajo la Ley o Bajo la Gracia?».
Haciéndolo, comprenderá mejor el contenido de la lección presente.
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Mateo 5:19
Por lo tanto, cualquiera que quebranta el más pequeño de estos mandamientos y así enseña a los hombres, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos.
Pero cualquiera que los cumple y los enseña, éste será considerado grande en el reino de los cielos.
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En las lecciones que precedieron, hemos visto la importancia que tienen los Diez Mandamientos que Dios nos dio.
Aquí, Jesús dice que debemos guardar cada uno de ellos, sin pasar por alto uno de ellos.
Si embargo, uno de los Diez Mandamientos, el cuarto, es guardado solamente por una minoría. ¿Qué dice el mandamiento?
Pantalla 4
Aquí está el texto completo del cuarto mandamiento: Éxodo 20:8-11
«Acuérdate del día del sábado para santificarlo.
Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu Dios.
No harás en él obra alguna, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu animal, ni el forastero que está dentro de tus puertas.
Porque en seis días Jehovah hizo los cielos, la tierra y el mar, y todo lo que hay en ellos, y reposó en el séptimo día.
Por eso Jehovah bendijo el día del sábado y lo santificó.»
Pantalla 5
Génesis 2:2,3
El séptimo día Dios había terminado la obra que hizo, y reposó en el séptimo día de toda la obra que había hecho.
Por eso Dios bendijo y santificó el séptimo día, porque en él reposó de toda Su obra de creación que Dios había hecho.
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El mandamiento dice: «Acuérdate del día del Sábado...».
De hecho, la institución del séptimo día como día de reposo no se remonta al tiempo de Moisés, sino a la creación, cuando Dios bendijo el séptimo día, el Sábado.
Ahora, cuando Dios bendice algo, ¿por cuánto tiempo lo bendice?
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1 Crónicas 17:27
Porque Tú, oh Jehovah, la has bendecido, y será bendita para siempre.
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Ecleciastes 3:14
Sé que todo lo que Dios hace permanecerá para siempre.
Sobre ello no hay que añadir, ni de ello hay que disminuir.
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Lo que Dios bendice, es bendito por siempre.
Así que, Dios bendijo el séptimo día desde la creación del mundo, para que lo guardáramos como día de reposo por siempre.
De hecho, la Palabra de Dios nos enseña que el Sábado durará por la eternidad: desde la creación hasta la nueva tierra.
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Génesis 2:2
Y reposó [Dios] en el séptimo día de toda la obra que había hecho.
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Isaías 40:28
Jehovah es el Dios eterno que creó los confines de la tierra. No se cansa ni se fatiga.
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Primeramente, Dios Mismo descansó el séptimo día, no porque estaba cansado, sino para darnos un ejemplo.
Los objetivos del Sábado son numerosos, incluyendo: conmemoración de la creación de Dios, ofreciendo descanso al hombre, y dándole una oportunidad de adorar a su Creador.
Pero el Sábado es también una señal entre Dios y Su pueblo, como veremos en un momento.
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Mateo 12:8
Porque el Hijo del Hombre es Señor del sábado.
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Lucas 4:16
Y conforme a Su costumbre, el día sábado entró [Jesús] en la sinagoga.
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1 Pedro 2:21
Pues para esto fuisteis llamados, porque también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis Sus pisadas.
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Jesús se declaró Señor del Sábado.
De hecho, nadie guardó el Sábado jamás como Jesús, devolviéndole todo el valor espiritual que los farisesos le habián quitado con sus pesadas e innecesarias restricciones.
Pantalla 9
Mateo 12:11,12
Pero [Jesús] les dijo:
«¿Qué hombre hay entre vosotros que tenga una oveja, que si ésta cae en un pozo en sábado, no le echará mano y la sacará?
Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja!
De manera que es lícito hacer bien en sábado.»
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Las restricciones innecesarias impuestas por los dirigentes religiosos habían transformado el Sábado en una pesadilla para los judios.
En más de una ocasión, Jesús demostró que estas restricciones no tenían razón de ser, y enseñó la verdadera forma de guardar el Sábado, de manera que llegara a ser una bendición para todo el mundo.
Pantalla 10
Mateo 24:20
Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado.
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Jesús nunca les enseñó a que no tenían que guardar más el Sábado.
Por el contrario, esperaba que Sus discípulos continuaran guardando el Sábado, como podemos apreciar en la descripción que hizo de los eventos que ocurrirían después de Su partida.
Pantalla 11
1 Corintios 11:1
Sed vosotros imitadores de mí; así como yo lo soy de Cristo.
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El apostol Pablo dijo que él seguía el ejemplo de Cristo.
¿Hay evidencia, entonces, de que Pablo y los demás apóstoles también guardaban el Sábado?
Pantalla 12
Hechos 18:4
[Pablo] discutía en la sinagoga todos los sábados y persuadía a judíos y a griegos.
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Hechos 17:2
Y de acuerdo con su costumbre, Pablo entró a reunirse con ellos, y por tres sábados discutió con ellos basándose en las Escrituras.
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Hechos 16:13
Y el día sábado salimos fuera de la puerta de la ciudad, junto al río, donde pensábamos que habría un lugar de oración.
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Sí. Pablo y los apóstoles guardaron el Sábado.
Pantalla 13
Hechos 13:42-44
[Los gentiles] les rogaron que el sábado siguiente les hablasen de estos temas.
Entonces una vez despedida la congregación, muchos de los judíos y de los prosélitos piadosos siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes les hablaban y les persuadían a perseverar fieles en la gracia de Dios.
El sábado siguiente se reunió casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios.
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Esto ocurrió en Antioquía, ciudad en la que vivían judios y gentiles, es decir personas no judías.
Y sin embargo, ambos, sin distinción, se reunieron en el día Sábado para escuchar la predicación de los apóstoles.
Pantalla 14
Isaías 66:22,23
«Porque como permanecerán delante de Mí los cielos nuevos y la tierra nueva que Yo haré, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre,» dice Jehovah.
«Sucederá que de mes en mes y de sábado en sábado vendrá todo mortal para postrarse delante de Mí,» ha dicho Jehovah.
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El profeta Isaías revela que guardaremos el Sábado en la nueva tierra.
Es decir, que vemos una continuidad en la observancia del Sábado desde la creación hasta la Nueva Jerusalén, incluyendo en los días de Jesús y los apóstoles.
Así que Dios nos pide que guardemos el cuarto mandamiento también, como los otros nueve.
Pantalla 15
Isaías 56:1,2
Así ha dicho Jehovah:
«Guardad el derecho y practicad la justicia; porque Mi salvación está próxima a venir, y Mi justicia pronta a ser revelada.
Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo de hombre que persevera en ello, que guarda el sábado no profanándolo y que guarda su mano de hacer el mal.»
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Marcos 2:27
También les dijo [Jesús]: «El sábado fue hecho para el hombre.»
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El Sábado fue hecho para todos los hombres, no sólo para los judios.
De hecho, cuando el Sábado fue establecido en la creación, no existían razas o grupos étnicos.
Pantalla 16
Isaías 56:6,7
A los hijos de los extranjeros que se han adherido a Jehovah para servirle y que aman el nombre de Jehovah para ser Sus siervos, a todos los que guardan el sábado no profanándolo y que abrazan Mi pacto, a éstos Yo los traeré al monte de Mi santidad y les llenaré de alegría en Mi casa de oración.
Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre Mi altar, pues Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.
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No importa si somos judios o «hijos de los extranjeros», Dios llama a cada uno de nosotros a guardar el Sábado y disfrutar de sus bendiciones.
Pantalla 17
Éxodo 31:13,16,17
Ciertamente guardaréis Mis sábados, porque esto es una señal entre Yo y vosotros a través de vuestras generaciones, para que sepáis que Yo soy Jehovah, El que os santifico. (...)
Los hijos de Israel guardarán el sábado, celebrándolo como pacto perpetuo a través de sus generaciones.
Será señal para siempre entre Yo y los hijos de Israel.
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Nos encontramos ahora frente a un punto crítico: el Sábado es una señal distintiva que Dios estableció entre Él y Su pueblo.
Pantalla 18
Ezequiel 20:12,18-20
También les di Mis sábados para que fueran una señal entre Yo y ellos, para que supieran que Yo soy Jehovah, El que los santifico. (...)
No andéis según las leyes de vuestros padres; no guardéis sus decretos, ni os contaminéis con sus ídolos.
Yo soy Jehovah vuestro Dios. Andad según Mis estatutos, guardad Mis decretos y ponedlos por obra.
Santificad Mis sábados, y serán una señal entre Mí y vosotros, para que se sepa que Yo soy Jehovah vuestro Dios.
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El pueblo de Dios entonces guardará el Sábado como señal distintiva que demuestra que el Señor es su Dios.
Pantalla 19
Apocalipsis 12:17
Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue para hacer guerra contra los demás descendientes de ella, quienes guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.
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Apocalipsis 14:12
¡Aquí está la perseverancia de los santos, quienes guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús!
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Además, guardar los mandamientos de Dios, incluyendo el cuarto, será una señal del pueblo de Dios en los últimos días.
Volveremos a tocar este punto tan importante en una de las lecciones futuras.
Pantalla 20
Marcos 16:1,2
Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María madre de Jacobo, y Salomé compraron especias aromáticas para ir a ungirle [a Jesús].
Muy de mañana, el primer día de la semana, fueron al sepulcro apenas salido el sol.
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Aquí en la tierra, Jesús vivió bajo el calendario juliano: el séptimo día de los judios correspondía al sábado romano, y el primer día al domingo.
Es decir, que las semanas en los tiempos de Jesús eran exactamente iguales a las de nuestros días.
«Pero,» algunas gentes dirán, «¿no se han hecho algunos cambios en el calendario durante los últimos 2000 años?»
Excelente pregunta.
Pantalla 21
Pantalla 22
Nehemías 13:19
Sucedió, pues, que cuando oscurecía a las puertas de Jerusalén antes del sábado, ordené que fueran cerradas las puertas y que no las abriesen hasta después del sábado.
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Levítico 23:32
Del anochecer al anochecer guardaréis vuestro reposo.
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De acuerdo a la Biblia, un día comienza a la puesta del sol: «Y fue la tarde y fue la mañana del primer día.» (Génesis 1:5).
Así que, el Sábado comienza a la puesta del sol el viernes de tarde y termina al ponerse el sol el sábado de tarde.
Pantalla 23
Lucas 13:14
Y respondiendo el principal de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en sábado, decía a la gente:
«Seis días hay en la semana en los cuales se debe trabajar. Venid, pues, en estos días y sed sanados, y no en el día de sábado.»
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Marcos 1:21,32
Entraron en Capernaúm. Y en seguida, entrando [Jesús] en la sinagoga los sábados, enseñaba. (...)
Al atardecer, cuando se puso el sol, le traían todos los enfermos y los endemoniados.
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Temiendo a los dirigentes religiosos, la gente esperó hasta que el Sábado había pasado, es decir «cuando se puso el sol», para traer los enfermos a Jesús.
Pantalla 24
Éxodo 16:21,22
Lo recogían [el maná] cada mañana, cada uno según lo que necesitaba para comer; y cuando el sol calentaba, se derretía.
En el sexto día recogieron doble porción de comida: dos gomeres para cada uno.
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Algunos dirán: «Guardar un día de la semana, cualquier día, es lo que en realidad cuenta, ¿no?»
Estudiemos por un momento el milagro del maná, el pan que descendió del cielo.
Los hebreos, peregrinos por el desierto, dependían del maná que Dios les enviaba cada mañana. En el sexto día, es decir, el día antes del Sábado, recibían una doble porción del maná.
Pantalla 25
Éxodo 16:26-28
«Seis días lo recogeréis [el maná]; pero el séptimo día es sábado, en el cual no será hallado.»
Aconteció que algunos del pueblo salieron para recoger en el séptimo día, y no hallaron nada.
Y Jehovah dijo a Moisés:
«¿Hasta cuándo rehusaréis guardar Mis mandamientos y Mis instrucciones?»
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Cualquiera que guardara otro día que no fuera el Sábado, ayunaba dos veces a la semana:
- el día que había elegido como día de descanso (¡salvo que no fuera un verdadero día de descanso!);
- y el día del Sábado, ya que el maná no descendía ese día.
Dios bendijo el séptimo día, no ninguno de los otros.
Pantalla 26
Colosenses 2:16,17
Por tanto, nadie os juzgue en asuntos de comida o de bebida, o respecto a días de fiesta, lunas nuevas o sábados.
Todo ello es sólo una sombra de lo porvenir, pero la realidad pertenece a Cristo.
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En la otra mano, algunos, olvidando todos los versículos que hemos estudiado, los presentan estos versículos como prueba de que el Sábado fue abolido.
Pero como hemos visto en nuestra lección «Las Dos Leyes», existía una ley ceremonial que describe algunas fiestas también llamadas «sábados», muy diferentes del Sábado del cuarto mandamiento, llamado el «Sábado para Jehovah tu Dios» (Éxodo 20:10).
Pantalla 27
Levítico 23:27,32,37,38
El diez de este mes séptimo será el día de la Expiación. (...) Será para vosotros una fiesta sabática solemne. (...)
Estas son las fiestas solemnes de Jehovah, (...) además de los Sábados de Jehovah.
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Estas fiestas, como el día de la Expiación, eran llamadas «sábados», o «fiestas sabáticas», es decir días de reposo. Estos son los sábados que fueron abolidos al morir Cristo en la cruz.
No debemos cometer el error de confundirlos con «los Sábados de Jehovah» - el séptimo día de cada semana - que constituye uno de los Diez Mandamientos escritos por el mismo dedo de Dios.
Pantalla 28
Romanos 14:5
Mientras que uno hace diferencia entre día y día, otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté convencido en su propia mente.
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Gálatas 4:10,11
¡Vosotros guardáis los días, los meses, las estaciones y los años! Me temo por vosotros, que yo haya trabajado en vano a vuestro favor.
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El mismo comentario se aplica a estos versículos que se usan para probar que el Sábado ha sido abolido.
Pero si leyésemos el capítulo entero donde se encuentran estos versículos, veremos que no se refieren para nada al Sábado.
Pantalla 29
2 Pedro 3:15,16
(...) como también nuestro amado hermano Pablo os ha escrito, según la sabiduría que le ha sido dada. El habla de estas cosas en todas sus epístolas, en las cuales hay algunas cosas difíciles de entender, que los indoctos e inconstantes tuercen, como lo hacen también con las otras Escrituras, para su propia destrucción.
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Notemos que estos tres versículos, utilizados para «probar» que el Sábado fue abolido, todos vienen de las epístolas de Pablo, «en las cuales hay algunas cosas difíciles de entender» según el apóstol Pedro.
Las enseñanzas de Pablo no pueden contradecir las del resto de la Biblia.
Pantalla 30
Éxodo 20:10
Pero el séptimo día será sábado para Jehovah tu Dios. No harás en él obra alguna.
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Mateo 12:12
De manera que es lícito hacer bien en sábado.
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Dios desea que pongamos a un lado nuestro trabajo cotidiano y los cuidados de esta vida durante las horas del Sábado. Sin embargo, esto no significa que nos quedaremos durmiendo en la cama todo el día.
La Palabra de Dios nos sugiere varías actividades, de modo que hagamos el bien durante el día Sábado.
Pantalla 31
Levítico 23:3
Seis días se trabajará, pero el séptimo día será sábado de reposo, y habrá una asamblea sagrada.
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Hechos 13:44
El sábado siguiente se reunió casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios.
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Dios desea que Su pueblo se congrege en el día Sábado para alabarle, para compartir, para tener comunión los unos con los otros y para estudiar la Palabra de Dios.
Pantalla 32
Nehemías 10:31
A que si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercancías y comestibles en día de sábado, nada tomaríamos de ellos en sábado.
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Lucas 23:54
Era el día de la Preparación, y estaba por comenzar el sábado.
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Así que, para consagrar el Sábado completamente a Dios, es recomendable que hagamos planes y consideremos cuáles van a ser nuestras necesidades durante ese día, para que nada de lo que tenga que ser comprado tenga que hacérselo después del comienzo del Sábado.
Esto está que el sexto día se llama también «el día de la Preparación».
Pantalla 33
Hechos 16:13
Y el día sábado salimos fuera de la puerta de la ciudad, junto al río, donde pensábamos que habría un lugar de oración.
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El Sábado puede ser también ocasión para que la familia realice un paseo a un parque o lugar donde pueda estar en contacto con la naturaleza y contemplar las maravillas de la creación.
Por lo general, todo aquello que pueda aumentar nuestra gratitud y amor por Dios, todo lo que fortalezca nuestra relación con el Salvador, puede hacerse en el día Sábado.
Pantalla 34
Isaías 58:13,14
Si apartas tu pie por respeto al sábado, para no hacer tu capricho en Mi día santo; si al sábado llamas delicia, consagrado a Jehovah y glorioso; y si Lo honras, no haciendo según tus propios caminos ni buscando tu propia conveniencia ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehovah.
Yo te haré cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer de la heredad de tu padre Jacob.
Porque la boca de Jehovah ha hablado.
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Las bendiciones de Dios verdaderamente son derramadas durante las santas horas del día Sábado. Todos los que han tenido la experiencia de dedicar este tiempo a alabar a Dios, a aprender más de Él, y a servirle, pueden testificar de esta bendición especial.
Y con tal promesa que nos llega del profeta Isaías, ¿por qué no desearíamos guardar el Sábado?
Pantalla 35
Agradezcámosle a Quien nos prodiga tantas bendiciones:
Querido Señor,
Escrito está: «Pues éste es el amor de Dios: que guardemos Sus mandamientos. Y Sus mandamientos no son gravosos.» (1 Juan 5:3).
Entre los mandamientos que nos has dejado, encontramos la observancia del séptimo día como día de reposo, Tu santo Sábado.
Esta no es una carga que quieres poner sobre nosotros, sino un privilegio que nos has concedido. De hecho, sabe que necesitamos el Sábado para olvidar unas horas las preocupaciones de esta tierra, dándonos una primera impresión del maravilloso mundo que prepara para nosotros.
Por favor, ayúdanos a guardar el Sábado como debemos. En Cristo Jesús te lo pedimos.
Amén.
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